lunes, 5 de abril de 2010

La culpa es de las bugambilias


Me caí. Estaba caminando distraída por el olor a bugambilias podridas que había en el ambiente. Intentaba descubrir primero que producía ese olor tan familiar, cuando lo supe, intenté encontrar las flores marchitas y aplastadas en alguna parte del suelo, bajé la mirada y busqué. Primero busqué en la banqueta por donde caminaba, luego más allá, cruzando la calle, más lejos aún... más lejos... nada.
Entonces, como decía, me caí. Y todo por buscar ese rosa oscuro casi negro en el suelo.
Y como buena seguidora de filosofías baratas, intenté encontrar la parte buena de mi maldita caída. ¿El dolor en la rodilla? No, eso no es bueno, nada bueno. ¿La lección: mira siempre por donde caminas? No, eso tampoco, qué flojera mirar siempre.
Piensa, piensa, piensa. ¡Lo encontré! ¡Encontré lo bueno!
Resulta que soy muy chupable. Mi sangre es deliciosa, la recomiendo.

3 comentarios:

Xien dijo...

Diantre eso me da mucho antojo... Tengo hambre... De ti

Unknown dijo...

Mmm... entonces podría volverme vampiro para provarla XD

Príncipe de la fantasía onírica dijo...

Tendré que obtener tu sangre entonces.