Miro por la ventana cómo se mueven las hojas del árbol del vecino. Frío, hace frío y me encanta tocar los bordes de mi piel cuando se encrespa por lo helado de la noche. Huele a lluvia, pero no está lloviendo. Me quedo esperando en la ventana las primeras gotas de la lluvia que su olor anunció desde antes de caer. Nada. No llueve. Ninguna figura se alarga a lo lejos. El aire sigue moviendo el árbol. Silencio. Soledad.
[Por cierto, a veces
es necesario aprovechar el equinoccio
para pedir lo imposible...]
8 comentarios:
Es triste no ver ninguna silueta, ninguna figura que se alarga a lo lejos.
Y recuerda que hay dos equinoccios en el año :) :D ;)
Hoy me toca. Es una decisión, equivocada tal vez, pero decisión al fin.
Se dice y con razón que la soledad siempre es un buen sitio para visitar pero un mal lugar para quedarse.
Saluditos :)
Xien, aprovecharé la oportunidad del próximo equinoccio :)
Mariano, bienvenido al blog, gracias por pasar y comentar :) y a apechugarle con las decisiones :S
Jorge Ampuero, qué gusto tener un nuevo visitante por acá :), saludos para ti también.
Olá, amei conheçer seu blog
Te sigo
Abraços caloroso
Preciosa Maria
Obrigada, Preciosa Maria!
Tomara que você goste de outros textos eu vou publicar!
Um beijo!
Tomara que você publique também textos em português. Isso fez o poeta queretano Francisco Cervantes.
Estou à espera de ler mais.
Vou tentar, meu amigo! :)
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