domingo, 20 de marzo de 2011

¿Cómo se siente la soledad?

El problema está en la noche, en la forma en que su figura se alarga por mi calle conforme se aleja. Hoy no. Hoy no vino a verme que porque esto y aquello. Hoy no pude saborear la saliva amarga de su boca.
Miro por la ventana cómo se mueven las hojas del árbol del vecino. Frío, hace frío y me encanta tocar los bordes de mi piel cuando se encrespa por lo helado de la noche. Huele a lluvia, pero no está lloviendo. Me quedo esperando en la ventana las primeras gotas de la lluvia que su olor anunció desde antes de caer. Nada. No llueve. Ninguna figura se alarga a lo lejos. El aire sigue moviendo el árbol. Silencio. Soledad.



[Por cierto, a veces 
es necesario aprovechar el equinoccio 
para pedir lo imposible...]