jueves, 29 de julio de 2010

Ojalá que el lunes nunca llegue...*


Creo que tenemos un problema con los lunes. Aunque, pensándolo mejor, tal vez el problema no sea con los lunes, sino con los comienzos.
La semana empieza el domingo, pero eso parece no importarle a nadie: el lunes es el primer día de la semana que trabajamos o que vamos a la escuela, entonces ese es el primer día de la semana.
Tenemos un problema con los comienzos. Lo tengo yo y lo tienes tú, lo tiene la sociedad en general (porque excepciones seguramente sí hay).
Una vez oí que los gordos que siempre serán gordos, empiezan sus dietas y su rutina de ejercicio los lunes y seguramente el miércoles ya han perdido el entusiasmo... jeje.
En fin, siempre intentamos postergar los comienzos... pongamos por ejemplo al que quiere hacer dieta: es miércoles o jueves y piensa "ya no tiene caso que empiece la dieta a media semana, mejor el lunes" y así, se la pasa todo el fin de semana aprovechando sus últimos días de gula. ¿porqué el lunes? ¿porqué no el mismo día que se le ocurre?
Eso debe ser un truco más del sistema, ¿no? jajajaja
Y para no romper la tradición, y no defraudar al sistema que cree en mí, intentaré postergar mi entrada a clases (el próximo lunes), y digo "intentaré" por decir "maldeciré todo el fin de semana, esperando que el lunes nunca llegue"... aunque todos sepamos que es inevitable, ¿o no?

*Sí, éste es un post sin mucho sentido, es más, ni siquiera tiene forma, así: una introducción, un clímax y un final (intento hacer eso en mis posts, aunque no lo crean)... pero ya tenía mucho que no publicaba nada nuevo y no quería que nadie pensara que había muerto o algo así... además es mi blog y puedo hacer lo que quiera con él.

sábado, 24 de julio de 2010

Soñé

Soñé que volaba... salía de aquí y me iba tan lejos que ya nadie ni nada me alcanzaba.
Soñé que era tan libre que me confundía con el viento que mueve las hojas.
Soñé que ya nada me ataba a este mundo... lo que me hacía invencible.
Mi cuerpo se posaba donde mi mente deseaba.
Pude ver la inmensidad del oceano durante la noche,
observé el momento en que el cielo y el mar
se mimetizan en un negro tan intenso que provoca miedo y respeto...
...profundo respeto.
...pude oler la sal y oir el retumbe de las olas...
...pude hundirme en el fondo del oceano y ser una con el agua...
Me dejé llevar por la marea,
me dispersé entre kilómetros y kilómetros de mar abierto...
...hasta que desaparecí por completo.
Ahí terminó mi sueño.
Y desperté con unas ganas tremendas de perderme y volar...
...volar como el viento...